Hoy en día cada vez es más frecuente encontrar pisos cuyos propietarios destinan a alquilarlos a turistas. Y puede que te hayas visto tentado a hacerlo tú también, pero ¿Conoces los principales riesgos del alquiler turístico?
Existen numerosas plataformas online de alquiler de pisos para vacaciones. En todas ellas se potencian las ventajas de este tipo de alojamientos; sin embargo en caso de que surjan problemas puede ser más complicado reclamar y encontrar una solución justa.
El alquiler turístico está contemplado en el artículo 5 de la Ley 29/1994, del 24 de noviembre, de Arrendamientos Urbanos, y en el Código Civil. Aunque cada comunidad autónoma se rige por una normativa específica.
Peligros de los alquileres vacacionales
Durante la estancia en un piso de alquiler turístico puede que todo vaya sobre ruedas. Quizás sea más económico que contratar otros alojamientos, pero los peligros de los alquileres vacacionales pueden traer graves consecuencias.
Muchas personas están a favor del alquilar pisos vacacionales, pero otras lo ven como una competencia desleal. Pero independientemente a las diferentes opiniones al respecto, hay que tener en cuenta cuáles son los riesgos del alquiler turístico.
Si se presentan conflictos entre las partes, no se saben cuáles qué derechos tiene cada uno ni cómo reclamar. Al no estar completamente regulado el arrendamiento vacacional, tanto el propietario de la vivienda como el usuario pueden salir perjudicados.
Pese a que exista un contrato regulador, el alquiler vacacional no ofrece las garantías que otros alojamientos turísticos como hoteles.
Uno de los riesgos al contratar un piso para unos días de vacaciones es la inseguridad. A lo que le añadimos la informalidad en las reservas o en las prestaciones del alojamiento. Por otro lado, hay menor calidad del servicio y la capacidad de respuesta frente a problemas, no es tan ágil; comparándolo con un alojamiento hotelero o aparta hotel que disponga, por ejemplo, de servicio de enfermería o pueda resolver imprevistos.
A todo lo anterior le sumamos los problemas con los vecinos que puede conllevar utilizar una vivienda para alquiler turístico. Puede ser que los inquilinos no se comporten cívicamente y no respeten las normas de convivencia; como no respetar las horas de sueño por ruidos.
Por ejemplo, en Barcelona el alquiler turístico se está regularizando mediante el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos. En este documento se contemplan puntos como la duración de una estancia mínima, pero aún queda mucho camino por recorrer.
Lo correcto es dar con una regulación eficaz que beneficie a todas las partes. Con la que todos estén conformes y sin perjudicar sus intereses.